El cuerpo del pequeño de cuatro años fue encontrado este viernes a la siesta y trasladado a la Morgue Judicial de Reconquista. Continúa la búsqueda del cuerpo de Pablo Ovando.
Encontraron el cuerpo sin vida de AgustÃn Ovando, el pequeño de cuatro años desaparecido junto a su padre, Pablo Ovando desde el martes pasado. El hallazgo se dio este viernes a la siesta, y fue trasladado a la Morgue Judicial de Reconquista, Santa Fe.
El hallazgo se dio en la zona de “El Bolita”, a tres kilómetros rio abajo de donde habÃa sido hallado el yate de Ovando. La aparición del cuerpo del chico se produjo en el marco del amplio operativo desplegado en la zona. Hasta el momento no hay novedades sobre el paradero del reconocido guÃa de pesca.
El yate en el que Ovando y su hijo navegaban fue encontrado el martes por la tarde, anclado a 25 metros de la costa, sin signos de violencia ni de intervención externa. Sin embargo, no habÃa rastros de los tripulantes. La comunidad se mantiene en estado de vigilia constante desde la noche en que se activó la alerta.
Ovando, de 44 años, es un reconocido guÃa de pesca y dueño de una empresa dedicada a la actividad pesquera en la zona del rÃo Paraná, en Reconquista, provincia de Santa Fe Muy respetado en la comunidad por su experiencia y profundo conocimiento del rÃo.
La principal hipótesis sobre la desaparición del guÃa y su hijo
Las tareas de rastrillaje se intensificaron durante la mañana de este viernes 18 de abril, en un amplio sector del rÃo, desde la zona de El Angelito hacia el sur.
El intendente de Reconquista, Enri Vallejos, se sumó a las tareas de búsqueda y confirmó que varias embarcaciones colaboran con el operativo. Sin embargo, aún no se obtuvieron resultados.
La principal hipótesis que manejan los investigadores sobre la desaparición de Ovando y su hijo AgustÃn es la de un accidente: el niño habrÃa caÃdo al agua y el padre se habrÃa arrojado para rescatarlo. Esta lÃnea se refuerza por varios elementos: el yate estaba en perfecto estado, con la comida sin tocar, los equipos de pesca guardados y los chalecos salvavidas dentro de la embarcación.
“Todo estaba como si los tripulantes simplemente hubieran desaparecido en ese instante”, explicó el periodista Silvio Batistuta. Ovando era un guÃa experimentado, conocedor del rÃo, y acostumbraba a tomar todas las precauciones. De hecho, tenÃa la costumbre de colocar los chalecos salvavidas apenas abordaban. Por eso llama la atención que ni él ni su hijo los tuvieran puestos esta vez.
*Con información de Aires de Santa Fe
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